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El sueño de la fibromialgia

Medicina interna

El sueño de la fibromialgia

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La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta a mujeres hasta seis veces más que a hombres, con una prevalencia entre el 2 y el 12 % de la población española. Se caracteriza por dolor y fatiga, pero preferentemente se asocia a trastornos del sueño que son causa habitual de consulta.

El sueño es un estado de la conciencia, fisiológico y reversible, de desconexión parcial y temporal del entorno. Es el estado contrapuesto al estado de vigilia —cuando el ser está despierto—. El sueño se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica (presión sanguínea, respiración) y por la disminución del umbral de respuesta a los estímulos externos. Durante el sueño el cuerpo se autorregula y alcanza el reposo uniforme de todo nuestro organismo.

El Tratado de Medicina del Sueño, publicado por la Editorial Médica Panamericana, es el primer libro escrito en español sobre esta disciplina. En él se profundiza con evidencia científica el tema de la fibromialgia y su relación con los trastornos del sueño. Los síntomas y el malestar causados por esta enfermedad acostumbran a ser complejos y de difícil abordaje, y suelen requerir de la intervención de distintos profesionales del ámbito de la medicina y la salud.

Los pacientes con fibromialgia asocian trastornos primarios del sueño más a menudo que la población general.

Vayamos a describir algunos puntos clave para entenderla un poco más.

Los síntomas característicos de la fibromialgia son el dolor y la fatiga. Sin embargo la mayoría de pacientes presenta, también, alteraciones cognitivas, del ánimo y trastornos del sueño, por lo que estos episodios también se han incluido en los criterios diagnósticos de la enfermedad.

Los mecanismos implicados en el desarrollo de la fibromialgia tienen un efecto sobre las alteraciones del sueño, pero siguen siendo fuente de investigación en el momento actual.

Los pacientes con fibromialgia asocian trastornos primarios del sueño (insomnio, síndrome de apnea-hipopnea del sueño, movimientos periódicos de las piernas durante el sueño y síndrome de las piernas inquietas) más a menudo que la población general.

Los pacientes con fibromialgia presentan, frecuentemente, trastornos del ánimo o de ansiedad, lo que a su vez se acompaña de alteraciones del sueño. Parece existir relación entre el dolor, los trastornos del ánimo y las alteraciones del sueño.

No hay ningún fármaco aprobado específicamente para el tratamiento de las alteraciones del sueño en la fibromialgia. Sin embargo, la duloxetina, la pergabalina y laamitriptilina son los más recomendados por las guías basadas en la evidencia. El oxibato sódico, un fármaco utilizado para la somnolencia diurna y la cataplejía (episodios súbitos y generalmente breves de pérdida bilateral del tono muscular durante la vigilia), ha obtenido muy buenos resultados en estudios de pacientes con fibromialgia.

La melatonina es una molécula con capacidad de regular el ritmo sueño-vigilia y los ritmos circadianos o ritmos biológicos (oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo) por lo que podría tener efectos beneficiosos en el tratamiento de la fibromialgia. Este elemento tiene la capacidad de disminuir la cadencia del sueño y de favorecer su continuidad. Si bien en la actualidad se cuenta con resultados favorables debidos a su uso –siempre bajo prescripción médica-, el número de estudios realizados es pequeño.

No llegar a alcanzar el sueño reparador noche tras noche, o padecer de forma sistemática otras alteraciones del sueño está relacionado con un empeoramiento clínico de la fibromialgia, por lo que un tratamiento adecuado puede mejorar la sintomatología global de la enfermedad.

Como tuve la oportunidad de exponer en mi anterior artículo, la Medicina Interna faculta al especialista para afrontar cualquier problema que tenga un paciente, sin importar como sea de común, raro, simple o complejo, al estar especialmente capacitado para resolver problemas de diagnóstico desconcertantes, entre los que cabe situar las enfermedades crónicas.

Todos buscamos ayuda para mejorar nuestra salud y es normal que esto nos lleve a cierto estado de ansiedad y nerviosismo muchas veces. En este sentido, el médico tiene que tener cierta capacidad de tolerancia, inteligencia emocional y empatía para poder conducir y ayudarnos cualquiera que sea el proceso en que nos encontremos. Conocer tanto la enfermedad como ahondar en la comprensión del paciente.

Eso es, mirada científica y empatía de la mano, y por qué no añadiendo un toque de humanidades. Así cierro este segundo artículo con un apunte de esperanza, una nota de poesía.

Si un sueño es un deseo, puede que el deseo de la fibromialgia se cumpla al soñar.

No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños. Mario Benedetti

Dra. Olga Araújo Loperena

Dra. Olga Araújo Loperena Médico internista



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