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Podología infantil. Grandes consejos para los pies 'más pequeñitos'

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Podología infantil. Grandes consejos para los pies ‘más pequeñitos’

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Realizar una revisión podológica a los más pequeños es muy recomendable para controlar la evolución de su pisada y detectar incipientes patologías. Un diagnóstico precoz es esencial para comenzar tratamientos correctores, en caso de que sean necesarios, ya que se pueden solucionar gran parte de los problemas en los pies y la marcha con tratamientos sencillos como ejercicios o plantillas personalizadas.

A partir de los 4-5 años, o ante la menor duda que surja, es tan importante acudir a un experto que pueda analizar el posible problema, como mantener un seguimiento de la evolución de la pisada de los niños, ya que hasta la etapa adulta los pies sufren cambios y patologías que deben ser supervisados por profesionales. Por este motivo, es recomendable realizar un estudio biomecánico de base, así como las revisiones periódicas indicadas.

Pero, antes de todo esto, conozcamos algunos consejos para el cuidado de los pies de nuestros más pequeños.

En primer lugar, debemos saber cómo elegir un buen calzado. Se recomienda optar por calzado fabricado en piel o en material que favorezcan la transpiración del pie y, debemos asegurarnos de que al dedo más largo del niño o la niña le quede una distancia de 0,5 centímetros para llegar a la puntera del zapato.

Es importante utilizar calzado específico para educación física, y para el día a día tener el hábito de variar de calzado, y no abusar ni del calzado deportivo ni de las botas. No se debe ir solo con bota porque la mayor parte de la musculatura del pie tiene su origen en la pierna, y la bota puede hacer que estas estructuras no se desarrollen correctamente.

Se recomienda llevar a los niños al podólogo al menos una vez al año desde los 4 ó 5 años de edad.

También es recomendable escoger un zapato con cordones que aporten sujeción al empeine, además de un contrafuerte semirrígido para controlar los movimientos del tobillo. Para niños de menos de 6 años es muy práctico el calzado con velcro, porque aporta sujeción y resulta más fáciles de quitar y poner para los pequeños.

En caso de que el niño necesite tratamiento con plantillas, es mejor optar por calzado que incorpore plantilla original extraíble.

Se desaconseja el uso de zapatillas con ruedines, o si se usan limitar su utilización a momentos puntuales de juego, ya que generan inestabilidad y sobrecarga en el antepié de los niños, comparable a la del uso de un tacón entre 4 y 5 centímetros. Las consecuencias del uso continuado de este tipo de zapatillas pueden llegar a ser muy negativas, como problemas de crecimiento, metatarsalgias o posible desarrollo de pies planos, entre otros.

¿Cuándo hay que llevar a los niños al podólogo?

Al igual que en el caso de los adultos, es recomendable llevar a los niños al podólogo al menos una vez al año, ya que durante la infancia estamos a tiempo de tratar y prevenir patologías que podrían agravarse en la edad adulta. Se recomienda que la primera visita de los más pequeños se haga con 4 ó 5 años y la realización del correspondiente estudio biomecánico de la pisada, o antes en caso de que se detectara algún problema previo. La mayoría de los niños con cuatro años no pisa bien, a esa edad por ejemplo es normal tener el pie plano porque el pie no se ha acabado de formar. Ahí lo importante es que el profesional conozca los valores de normalidad e ir viendo la evolución del pequeño.

En casa, debemos ver cómo evoluciona el niño en su forma de pisar, fijándonos en cómo camina y cómo corre, o si presenta dificultades al desplazarse, camina de puntillas, mete mucho las puntas hacia adentro o hacia afuera, o junta en exceso las rodillas. También en ocasiones se sufren dolores propios del crecimiento.



Deporte y extraescolares

De manera general se recomienda inculcar a los pequeños los hábitos de calentar y estirar antes de practicar deporte, y dosificar la actividad. El pie de un niño todavía no está formado completamente por lo que el exceso de intensidad deportiva en los niños puede llegar a producir dolores y sobrecargas musculares.

Es importante elegir el calzado adecuado para cada deporte y para la superficie en la que se va a jugar. Si la carcasa del calzado es dura, como en patinaje o en esquí, es conveniente elegir la talla adecuada. En el caso de las botas de fútbol habrá que saber si se juega en césped artificial o césped natural, y conocer el estado del terreno de juego. Si el césped no se encuentra en buen estado ni son superficies de última generación, es más recomendable elegir una bota con tacos más pequeños y más numerosos.

También hay que recordar la importancia de que los niños mantengan una alimentación saludable con la correcta ingesta de frutas y verduras, y que se hidraten correctamente a lo largo de todo el día.

El pie plano, una patología común entre los niños

Una de las patologías típicas del pie infantil es el pie plano, el pie que tiene el arco plantar interno con menos altura de lo normal, y va acompañado de un ensanchamiento del pie y una caída hacia la parte interna del mismo. En realidad, todos los niños nacen con los pies planos, pero según van creciendo se les va formando el arco, el problema se presenta cuando este no llega a desarrollarse.

Existen tres tipos de pies planos: rígido, flexible y semiflexible.

El pie plano flexible es normal hasta los siete años, pero si a esa edad no se ha corregido hay que solucionar la patología con plantillas personalizadas y ejercicios, o a veces, es suficiente con un programa efectivo de ejercicios.

El pie plano semiflexible es normal hasta los cuatro años. Si a esa edad no se ha corregido se debe comenzar tratamiento para corregir la patología.

El pie plano rígido de manera general se soluciona con cirugía, pero no es frecuente encontrar este tipo de casos en niños.

Otros de los problemas más habituales que encontramos en pacientes infantiles son: los pies valgos, mala posición de los dedos, enfermedad de Sever, papilomas, disminución de la estabilidad o caminar “de puntillas”.

En definitiva, aunque no se detecte ninguna anomalía en la marcha del niño es importante realizar un estudio biomecánico de base. Los pies de los niños son muy elásticos y quizá en un primer momento no refieren ningún dolor, pero es mejor asegurarnos de la adecuada marcha del niño y realizar revisiones periódicas.



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