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Empieza el curso: el pediatra, a tu lado desde la parrilla de salida

Avantmèdic, Medicina preventiva, Pediatria

Empieza el curso: el pediatra, a tu lado desde la parrilla de salida

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El inicio del curso escolar constituye una oportunidad ideal para realizar un examen médico anual de nuestros hijos: actualizar las vacunas, identificar condiciones crónicas de salud no percibidas, etc. Y si nos referimos a la adolescencia, también es una buena ocasión para poder valorar el ritmo de desarrollo y madurez; y así, prevenir lesiones por la práctica de deportes, recomendar hábitos saludables, o abordar temas o temores propios de esta efervescente etapa de la vida.

Una infancia y adolescencia saludables requieren un buen equilibrio entre la vida familiar, el escolar, las relaciones sociales, las actividades deportivas y demás extraescolares. Durante estas dos etapas nuestros hijos experimentarán el mayor crecimiento físico y emocional, a la vez que las de más aprendizaje y descubrimiento.

Una visita al pediatra al empezar el curso nos proporcionará información general sobre el estado de salud de nuestros hijos, así como -en caso de sospecha- la recomendación del especialista de efectuar algún tipo de prueba complementaria para vigilar/descartar posibles deficiencias o enfermedades que es mejor tratarlas lo antes posible.

En otro sentido, este encuentro también propiciará que los padres podamos recibir consejos concretos (dieta, ejercicio idóneo, conducta, entre otras) enfocados a su bienestar. Además, el médico sabrá cómo hablar directamente y de manera adecuada con "los protagonistas" de la visita sobre la importancia de tener una buena salud y su responsabilidad, desde muy pronto, en la práctica de hábitos saludables que hay que recuperar o incorporar tras las vacaciones.

En cuanto a los adolescentes, este control también se convierte en una oportunidad para detectar o hablar sobre factores de riesgo (consumo de sustancias tóxicas, tabaco, alcohol ...) y para valorar o atender cualquier inquietud emocional, social o de desarrollo que el pediatra observe o que el chico o chica quiera compartir, como por ejemplo: autoestima, miedos, sexualidad, etc.

La continuidad de los exámenes médicos periódicos en momentos en que el estado de salud de nuestros hijos es óptimo, es una decisión muy acertada. Que el pediatra disponga de la historia clínica de un niño a largo plazo puede ser decisivo para facilitar un diagnóstico, y para la detección o la anticipación de problemas de salud en todas sus esferas, ya que le proporciona los datos más significativos de su progreso y desarrollo físico y emocional, recogidas gracias al seguimiento pautado y continuado que aportan este tipo de revisiones.

¿Papás y mamás, queréis mejores razones para tener una cita anual con el pediatra para "valorar" lo que más queréis de la vida, durante esta etapa de crecimiento que pasa tan deprisa?

¡Buen y saludable curso 2018-2019!



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